jueves, abril 27, 2006

¿COMO SALIR DE LA JAULA DE HIERRO?




¿COMO SALIR DE LA JAULA DE HIERRO?


La subordinación integral hace parte de las imposiciones implícitas a la «sociedad unidimensional», ya no basta con aceptar adocenadamente los destinos trazados desde los grandes, medios y pequeños centros de poder; ahora nos piden no solo sumisión y silencio, sino compromiso e identidad.

Cualquier persona que se atreva a pensar diferente, a realizar críticas o simplemente a diferenciarse de lo establecido, es declarado loco y por consiguiente sus actos se asumen como irracionales. Con otras palabras, todos aquellos que intenten escapar de la «jaula de hierro», serán declarados insanos por los guardianes del orden.

“Weber inaugura una sociología comprensiva dedicada a entender los sentidos mentados de la acción social. Describe la sociedad como una jaula de hierro con un orden inexorable, legal y burocrático. Pero es Foucault quien señala que los guardianes de la jaula de hierro carecen de libertad interior pues, sólo proporcionan vacío, confinamiento y, civilización” (Carlos Cousiño, la jaula de hierro-acerca de Max Weber, 1997)

En esta perspectiva se hace necesario, decididamente, establecer con Erasmo De Rótterdam un Elogio de la locura. Sí. Defender la locura que irreverentemente expresan hombres y mujeres hastiados de un sistema que día a día los enajena democrática y placenteramente. Acorde, es nuestra obligación no aceptar esa teleología de pasiones tristes y vacías que se nos presenta como el inevitable destino de la humanidad.

Guardar silencio y acomodarse es cohonestar, es defender la jaula, aceptar sus barrotes intangibles que nos encierran tras la razón de la sin razón de este sistema tecnocrático, convertirse en guardianes de la razón de un capitalismo agónico y tardío que aun nos oprime. Lo peor de todo es que esta “razón” es aceptada por una pseudo- izquierda que antes ladraban como perros Doberman contra el encierro, el presidio, sus centinelas y sus sombras, pero que hoy como domésticos french poodle se agotan en melosos ronroneos de agradecimiento y satisfacción.

Abrir la jaula parece imposible, porque no sabemos quien tiene la llave y probablemente por vía de la razón instrumental no la vamos a hallar. Encontrar la llave y romper las crueles barras que nos aprisionan, implica una búsqueda inexorable de la NO-RAZON (locura dirán los guardianes), forma de pensamiento que abandone la divinizada ratio, para incorporar el viejo concepto del logos griego, es decir, una razón que incorpore la solidaridad, el mito, el amor, la sensualidad, en fin, una razón que se recubra de sentimiento y sensibilidad.

A quienes se sienten satisfechos y agradados en la jaula, a quienes se han convertido en sus guardianes por las ansias de poder, a los rebaños con sus identidades colectivas y su espíritu de cuerpo, para manifestar mi radical autonomía e identidad individual, solo me resta decirles, con Erasmo de Rótterdam, estas aladas palabras con las que se pronuncia la repudiada locura:

A mí siempre me ha sido sobremanera grato decir lo que me venga a la boca. Que nadie espere de mí, pues, que comience con una definición de mí misma, según es costumbre de los retóricos vulgares, y mucho menos que formule divisiones, pues constituiría tan mal presagio el poner límites a mi poder, que tan vasto se manifiesta, como separar las partes de aquello en que confluye el culto de todo linaje de gentes. Y, en fin, ¿a qué conduciría el convertirme con una definición en imagen o fantasma, cuando me tenéis presente ante vosotros mirándome con los ojos? Según veis yo soy verdaderamente aquella dispensadora de bienes llamada por los latinos «Stultitia», y por los griegos, «Moria»


PRIAMO

EDITORIAL


EDITORIAL

En la Stultifera Navis obra de Sebastián Brandt de 1494, un navío se encuentra tripulado por 111 locos que zarpan en busca de locagonia, estos argonautas aburridos de vivir bajo el dominio de la razón deciden abandonar este mundo de las clasificaciones y encasillamientos para atracar en tierras donde reiné la desquiciada libertad en compañía de veleidades oníricas.

El Renacimiento es un pasaje de la historia de la humanidad donde hacen eclosión los conocimientos que se encontraban en el subsuelo del medioevo tardío, arte, ciencia, estética y filosofía se funden en aras de establecer un saber integral que armonice la relación del hombre con la naturaleza y de los hombres con sus semejantes.

Este fardo proyecto indudablemente fue apabullado mediante el triunfo del uniformismo, la competencia, el odio y el mundo de los placeres compensatorios. La presunta abolición de la faz de la tierra de toda cosmovisión que enarbolara principios como la solidaridad, la alegría, el juego y el amor, llevó a que un pequeño grupo de hombres, intuyendo la catastróficas consecuencias del orden de los vencedores, escondieran los valores anteriormente establecidos en nubes oscuras que son llamadas por los serafines del progreso, locura.

Indudablemente estos hombres no se equivocaron; con el establecimiento de la razón contemporánea como guía espiritual y absoluta de nuestro pensamiento se han venido extinguiendo las voces y actos de rechazo del mundo imperante. Ahora, los individuos-masa en que se han convertido los seres humanos, gracias a la sociedad unidimensional, solo emulan la forma de vida que han establecido los buenos y normales hombres que, mediante las industrias culturales o cultura de masas, han instaurado la banalidad del mal en la conciencia colectiva. Todo en aras se seguir perpetuando sus benéficas guerras en cualquier punto cardinal del planeta. En esta vía Las contadas excepciones o mejor aún la supervivencia de la teoría social crítica se enfrenta a un biopoder que enajena sistemicamente en la totalidad de la vida, haciendo ver como anormales a todos aquellos que siguen soñando que otro mundo es posible.

Michael Foucault en su escrito la historia de la locura en la época clásica nos explica que el binomio normal-anormal no es más que una transposición del real del problema, pues toma la consecuencia como condición velando la alienación como lo fundacional de la enfermedad. En derivación la locura o los actos no –razónales que fustigan a los guardianes del orden, son en gran medida, la puerta abierta a la emancipación.

Esta aceptación acrítica del orden establecido por las relaciones del poder-saber unidimensional han creado una esfera superior que impide la salida de una nueva Stultifera Navis, la concreción de la abyecta iniciativa de Alfred Marsall la aldea global ha desaparecido a los locos; locagonia muere solitaria a la espera de la llegada de un nuevo navío. Por ello, hastiada de esperar el arribo de un nuevo cargamento ha decidido enviar la locura Stultilia en una nave Navis en busca de seres humanos que no hayan abandonado el conocimiento de los sentidos, la magia, la mitología, el amor, la solidaridad, entre otros saberes subordinados.

De igual forma pretende infectar a todos aquellos que adoran el orden o si se quiere, que aceptan la razón instrumental como un Dios a la cual se le debe obediencia y sumisión.

Con la llegada de la locura a nuestro mundo de nuevo la alteridad saldrá del subsuelo en el que la tiene postrada el capitalismo tardío y de esta forma escuchar indiferenciadas voces que llenen de alegría y diferencia este oscuro mundo del tecnopoder.

TROYA


NUBES EN LA OSCURIDAD



La actual elección del rector en la Universidad del Tolima ha generado singulares odios y pasiones en un sector, que suplantando la discusión, quiere convertir el debate intelectual en pugilatos con visiones, ideas y “argumentos” que soslayan los asuntos centrales – las propuestas de gestión de los candidatos y sus posturas políticas y académicas- en favor de los señalamientos personales y la agresión anónima.

El lenguaje utilizado en los textos cortos que han circulado recientemente en nuestra alma mater, forma parte de lo que, en las tesis de Pierre Bordieu, se denomina violencia simbólica; esto es, la imposición unilateral de formas de pensamiento que conllevan inexorablemente a la construcción de un único camino, a marchar hacia lo que otro pensador denominó el pensamiento único, convirtiendo a los dominados en cómplices de la preservación de una falsa “normalidad social”.

Esta limitada visión genera, en la mayoría de los casos, actitudes recalcitrantes a quienes, inmersos en su burbuja de comodidad garantizada por el pequeño poder que ostentan, planean, diseñan y ejecutan acciones lapidarias en contra de todos aquellos que se interpongan en el cumplimiento de sus inmediatos intereses que, según ellos, constituyen una espléndida y deslumbrante ideología.

La aparición y proliferación de estos habitus en el campus corresponde a la aceptación soterrada del confinamiento del saber, del oscuro encierro de hombres y mujeres en el reduccionismo burocrático de medios y fines y en la simplificación total de la vida a la dicotomía de buenos y malos. En otras palabras el mundillo universitario ha claudicado ante el pobre capital cultural de las estructuras de poder. Patrimonio que debe ser entendido como lenguajes, conocimientos, títulos escolares, entre otros.

De esta forma el campo intelectual de la universidad, al parecer tan rico en argumentos, escuelas de pensamiento, investigaciones e hipótesis, ha venido desapareciendo inadvertidamente ante la aceptación facilista de un fatuo debate que se caracteriza por estar plagado de calificativos e inmerso de un lenguaje despótico y segregacionista.

En conclusión, el ágora universitaria que debería ser por excelencia crítica y libertaria agoniza ante la aceptación torpe de un lenguaje, verbal y escrito, que abandona los argumentos para controvertir y seducir a propios y extraños, en aras de ejercer a través de la violencia simbólica, un dominio sobre la conciencia individual y colectiva.

Con la proliferación de los textos cortos, que abandonan el debate de la ideas en favor de una moralina filistea que señala inquisidoramente a todos los que difieren, se cierra el debate intelectual y se inaugurara -de nuevo- una época oscura semejante a la del medioevo y, así, se fortalece secretamente un neo-fascismo.

En este orden de ideas pareciera que la academia curricularizada, después de aniquilar de su territorio la mitología, las leyendas, el afecto, el amor, la ética, y demás saberes subordinados, apunta su lanza envenenada hacia su propio ser, para exterminar la argumentación rigurosa, la crítica y la diferencia. Aquello que alguna vez orgullosamente enarboló en nombre de la Ilustración y de los intereses emancipatorios de la humanidad, y que hoy gracias a la omnipotencia del no-pensamiento único no le interesa ni siquiera mimetizar detrás de los slogans “democráticos”.

Así, no debería extrañarnos, que paralelamente, sin ton ni “son” y usurpando al Nuevo Día –prensa oficial-, estas nubes ya no se conformen con la violencia simbólica y la palabra no argumentada, sino que trasciendan en su construcción de escenarios fundamentalistas y extremistas donde sus grandilocuentes gustos no tengan ningún contradictor que los exhorte a sostener enconados debates ideológicos, que por supuesto se niegan a dar.


PARIS