jueves, diciembre 14, 2006

juventud


¿Qué es ser joven, cómo se manifiesta y se expresa?



El nuevo pasaje de la historia ha construido un(os) joven(es) que emergen de una poderosa industria cultural que los satura de bienes y servicios, supuestamente pensados para ellos, canales de televisión global, movimientos musicales light y de energía contestataria, educación inhibidora, cine de sangre y terror, video juegos de guerra, redes de amigos globales... son las compañías instauradas para los jóvenes. Por ello, debo plantear que los jóvenes contemporáneos responden a una socialización mediática que ha llevado a una gran parte a seguir una vida farandulera y a un pequeño grupo a responder con propuestas contraculturales.

En concordancia, intentar atrapar al joven en un concepto lineal, determinista, serio una obsolescencia total. ¿Cómo atrapar medio litro de agua en una mano empuñada, por más grande y fuerte que sea?, por ello, la mayoría de conceptos transversales que nos orientarán a entender las practicas de los jóvenes y la reconceptualización del ser joven, son tomadas de las ciencias sociales como caja de herramientas para deslumbrar nuevas miradas

Por joven(es) vamos a entender una categoría construida socio-culturalmente, que se encuentra en un espacio determinado y que contiene elementos culturales completamente diferenciados del adultismo como el lenguaje, la música, la estética, los temas de interés, comportamientos, visiones… En palabras de Walter Grob, la juventud no es una fase natural del desarrollo humano, sino una forma de comportamiento social que debe ser vista como el resultado de la cultura occidental, de la cultura Judeo-cristiana.

Conceptualizar los jóvenes en términos socio-culturales, implica reconocer las expresiones o manifestaciones culturales que de ellos emanan, caracterizadas por ser dinámicas discontinuas y heterogéneas. Lo que nos lleva a comprender que hay múltiples formas de ser joven en la era post-industrial y que han sido denominadas por diferentes autores como culturas juveniles: Concepto polisémico que relaciona la juventud y la cultura; es decir, al sujeto y sus manifestaciones. En un sentido amplio, como lo señala Carlos Feixa, las culturas juveniles se refieren a la manera en que las experiencias sociales de los jóvenes son expresadas colectivamente mediante la construcción de un estilo de vida, distintivos localizados en los tiempos libres o en los espacios intersticiales. Zonas a las que dotan de consumismos, si hablamos de las manifestaciones de los asimilados, o de mixturas establecidas, si referenciamos a los desencantados, o de contenidos libertarios, si dialogamos con los contraculturales.

Estos estilos identidarios, que operan como afirmación interna y como diferenciación externa, agrupan a los jóvenes bajo diferentes formas, siendo la más estudiada la asociación juventud y música, pero, se encuentran asociaciones de los jóvenes con: los medios audiovisuales, la política, los deportes, los problemas ambientales, el consumo… todas ellas articuladas en organizaciones post-estructuralistas, llamadas por Michel Maffesolli: tribus urbanas, tribus por que hace referencia al proceso de tribalización que recorre la sociedad y urbanas, por que se instauran en la complejidad de relaciones humanas, donde la ciudad es el medio físico donde se expresan con mayor fortaleza los constructos culturales, pero no el único medio.

Las tribus urbanas son Grupos de jóvenes que le asignan contenido, simbolismo y esteticismo a una forma de estar en el mundo, de entenderlo y reinterpretarlo bajo dinámicas glocales; es decir, las tribus son expresiones que, se desarrollan globalmente y particularizan elementos según la región. Como ejemplo referenciaré una tribu denominada en Colombia los anchos, la cual contiene elementos del hip hop mundial, pero con diferenciaciones entre una ciudad a otra debido al capital cultural y socio-económico de cada territorio. Por territorio se entiende un espacio cargado de significado, configurado por el límite geográfico, pero comprendido en la telaraña de imbricaciones inmateriales que los atraviesa. De esta forma, cada vez que se referencie un territorio, se hará alusión a espacios lineales y no lineales, que en el mundo de los jóvenes se expresan en el barrio, las calles, la música o el cuerpo.

En líneas generales, un gran porcentaje de las culturas juveniles organizadas a través de tribus son; culturas subalternas, que expresan el pensamiento y la acción de un sector excluido y marginado: los jóvenes, Los cuales han optado por renunciar al principio realidad, es decir, abandonan el racionalismo instrumental con todo su funcionalismo y abrazan el principio de la fantasía y la utopía: La imaginación y solidaridad son las rutas elegidas por los jóvenes para estar en la vida, para estar en una tribu u otra.

Al abandonar el principio realidad, están luchando contra esa tradición judeo-cristiana que relaciona a los jóvenes con la idea de futuro, aquello que esta por venir, que pronto llegará, que debemos esperar. Un futuro que llegará, cuando se extirpe o educare el ser joven, un mañana que llegara muerto. Por ello, los jóvenes han decidido mirar el mundo anclado al presente, en donde viven e intervienen. Han intuido claramente el mensaje de no futuro y han decidido vivir bajo la incertidumbre de la inminente catástrofe, sin renunciar al juego, al amor, al placer y sobre todo, a construir desde ahora un nuevo mundo, sin esperar ningún Mesías.

Al interior de las tribus urbanas quiero referenciar, con especial agrado, aquellas que, mediante sus manifestaciones rechazan los valores, comportamientos y moralismos de la sociedad capitalista, por ello, han sido denominadas como movimientos contraculturales, termino acuñado por el profesor y ensayista Norteamericano Theodore Roszack en 1968 en su obra The Making of a Counter-Culture, en la que planificaba un futuro en el que grupos libertarios y progresistas proporcionarían una “sociedad alternativa”. Como ejemplos, tenemos los: punk; hard cord punk, anarkas...

En esta perspectiva, podemos afirmar que los jóvenes no han abandonado la política o que no son apolíticos, como frecuentemente se les acusa. No, solo han decidido expresarse bajo nuevos canales, con nuevos códigos poco convencionales, para intentar no ser absorbidos por las estructuras del establecimiento. Para algunos autores estos intentos fallarán porque el imperio, al interpretar las nuevas prácticas, utiliza las industrias culturales para cooptarlos, así como hizo con los Hippies, por ende, profetiza que los movimientos contraculturales de los raperos, hip hop, metaleros, punkeros… no trascenderán. A mi manera de ver, no es tan fácil pronosticar su cooptación, porque el mundo al que pertenecen ha sido construido por ellos, de igual forma, es difícil prever su triunfo ya que la juventud sola no podrá derrotar el capitalismo tardío, pero sí se hace necesario celebrar y acompañar los procesos contraculturales.